La administración Medina, instalada el 16 de agosto de 2016,
no ha tenido sosiego desde que juró para un segundo mandato. En el momento mismo
en que asumió la jefatura del Estado, Medina y su gobierno han sido sometidos a
una enorme presión.
Diversos sectores, incluso del sector público reclaman al
mandatario mejores condiciones salariales y comunidades del país que exigen se
les atiendan con obras de infraestructuras sociales para sus localidades,
exigencias que resultan infinitas.
Sin embargo, la presión más sentida y que provoca más ruido a
la administración Medina, es el reclamo que llevan a cabo sectores de la
sociedad civil, que han logrado articular un movimiento nacional, con el color
verde como símbolo, que exige transparencia, cese de la impunidad y de la
corrupción.
El gobierno y sus funcionarios lucen acorralados y sometidos
a una enorme presión mediática que le impiden tener paz, tranquilidad y sosiego
para poder ejecutar las políticas que se ha trazado la administración para el
beneficio del país.
Parecido a lo que ocurrió a la administración Balaguer, en el
último gobierno de los 10 años, todos los sectores nacionales del país al
parecer se han puesto a una para exigirle al gobierno mejores condiciones
salariales y de trabajo.
Médicos, enfermeras, aunque con estos dos sectores el
gobierno se arregló, pero amenazan con volver al ruedo público porque alegan,
en el caso de las norsas, que han sido engañados por el gobierno, los
profesores de escuelas públicas, los agrónomos, la Universidad Autónoma de
Santo Domingo, unido al reclamo de las comunidades por obras sociales, tienen
al gobierno desconcertado y poco claro en las acciones que asume para enfrentar
y romper el cerco al que ha sido llevado.
A la policía se la quitó de encima con el anuncio de un
aumento que va del 10% al 45%, pero son tan pírricos los sueldos de los que
tienen la responsabilidad de resguardar y dar seguridad a la población que ni a
los beneficiados impacta, mucho menos a la sociedad nacional que ha criticado
el incremento que ellos mismos exigían para los agentes del orden público.
Discusión de la agenda nacional
Luego de la marcha del pasado enero 22, que de ante mano se
sabía que sus promotores tendrían el éxito asegurado, porque el fenómeno de la
corrupción administrativa, el enriquecimiento ilícito y la impunidad, son temas
que unifican a toda la comunidad nacional, incluso a los propios peledeístas y
sus aliados, desde entonces los dirigentes al más alto nivel del Estado no han
respirado ni un momento tranquilos.
Luego de esa exitosa marcha sus ideólogos, con una buena
línea de comunicación y aprovechando la debilidad del gobierno que luce
maniatado, poco articulado y sin una defensa sostenida, ha dado lugar, en
cambio, a que se afiancen los actores sociales en su reclamo al gobierno de
mayor transparencia, cese de la impunidad y de la corrupción estatal.
Por el contrario, en vez de disminuir su accionar, los
ideólogos de la acción contra el gobierno, endurecen su postura y han puesto a
circular el libro verde por todo el país, que ha sido rubricado por miles de
ciudadanos y ciudadanas disgustados porque los corruptos y los que gozan de
impunidad no han sido metidos a la cárcel y el dinero devuelto al Estado.
Una debilidad
Desde los gobiernos del expresidente Leonel Fernández, quien
dicho sea de paso fue sometido a una enorme presión mediática, la realización
de cientos de huelgas, incluso en su último mandato comenzó la lucha por el 4%
para la educación, con el color amarillo como símbolo, las administraciones habían
salido airosas de las embestidas sociales.
Pero Fernández, con su peculiar estilo, “a lo Balaguer”, de
no hablar de lo que muchos están hablando, a lo mejor es de los que cree que
mientras más se bate aquello más hiede, experto en el manejo de la opinión
pública, su tesis de grado versa sobre esto y de usar el lenguaje cuando es de
su absoluta conveniencia, le dio resultado como estrategia de comunicación, sin
permitir que le variaran la agenda nacional.
Fernández y sus colaboradores siempre imponían los temas que
serían discutidos. Ni el 4% y el color amarillo en todos los confines del país
pudieron evitarlo.
Distinto ahora que los grupos sociales y los poderosos
sectores como la ADP, CMD, ANPA, UASD, enfermeras, entre otros más, que han
logrado imponer la agenda de discusión nacional en torno a los temas que ellos
enarbolan como bandera de lucha, pero el gobierno, pese a los intentos no ha
logrado sacarlo del debate nacional.
Fortalezas
El régimen iba bien, hasta que casi a finales de las pasadas
elecciones surge el nombre del estratega político Joao santana, producto de las
investigaciones del caso “Lavajato”, en Brasil, llevándose por delante a la
presidente del país, así como otros funcionarios y legisladores de ese país.
Aunque intentan con Lula, el ex mandatario es un viejo árbol de guayacán,
formado en las lides sindicales, con una coraza moral que es su mejor carta de
presentación que ni la muerte de su esposa ha permitido a sus contrarios
aprovechar ese momento de profundo dolor por la pérdida de su compañera para
derrumbarle.
A pesar de las implicaciones la administración Medina tiene
fortalezas que hacerle mella no es fácil, la última encuesta Gallup para el
periódico Hoy, es una muestra de que la imagen del mandatario y la simpatía de
que goza en la población es un ejemplo concreto. Tiene un 54%, solo bajó 10
puntos y en su partido, junto al expresidente Fernández está cabeza por la
nominación presidencial, aunque él está impedido de volver a aspirar a la
presidencia de la República.
Lo fuerte del presidente Danilo Medina, a pesar de la bulla
mediática de la ADP, es su revolución educativa, el impacto que han generado en
la población las visitas sorpresas, entre otras medidas que hacen fuerte al
régimen frente a grupos liberales, partidos de la oposición, incluso a la
iglesia católica y evangélicas que en el pasado alabaron, pero ahora
distanciadas del mandatario por el tema del aborto, que una parte de los grupos
que lo presionan coinciden con él.
Sin embargo, el gobierno que tiene todos esos elementos de
defensa a su favor, no ha podido con la oposición para variar el tema de la
agenda que sirve como debate nacional frente a temas que preocupan al régimen y
que del oficialista PLD que busca la manera de cómo sacarlo de la psiquis
colectiva.
Una manera de sacarlo
Aunque el gobierno no tiene mucho dinero, el ruido de ADP y
de la UASD se resuelve con un aumento de salario, que para la próxima semana
han sido convocados a un dialogo, mientras que con los médicos y enfermeras es
cumplir el acuerdo, en caso de que existan violaciones al pacto como alegan
esos dos sectores.
Lo más engorroso, es lo relativo al caso Odebrecht, el pedido
de grupos sociales de que sea atacada la corrupción administrativa y la
impunidad, que se logra con el mandatario dando pasos concretos para enfrentar
ese flagelo, que no es exclusivo de este gobierno, sino que los propios que hoy
exigen castigo tienen ladrones del erario público en su “santo seno”.
Debe comenzar el régimen a mandar señales claras, dando a
conocer los nombres, de este y los de otros gobiernos, que podrían estar
implicados en el soborno contra el Estado de 92 MM de US$ y llevar a la
justicia a los que tenga que llevar, claro, siempre y cuando éstos resulten
implicados en las prácticas corruptas que tienen al gobierno como blanco por
todos los lados.
Es que el gobierno, debe sacar de la mente nacional que la
administración Medina, con fortalezas que exhibir, pero falta una buena
estrategia de comunicación, que siga dando la impresión de que luce acorralada
por la presión mediática que ejercen sobre todo el aparato gubernamental la
sociedad civil, demandas sociales y la oposición política que, con su razón
trata de capitalizar en su provecho las dificultades que tiene, por lo menos
ahora.