Benny Rodríguez
Barahona.- El cura/párroco de la Catedral Santa Cruz, padre Germán Pérez, mostró preocupación por los feminicidios y los suicidios en el país, que atribue a varios factores.
Pérez, señaló que principalmente la ruptura de la familia, la corrupción e impunidad imperante en el Estado desde tiempos inmemoriales, como las causas principales.
“Hay varios elementos que intervienen para que ocurran los feminicidios y los suicidios. El ser humano es un ser espiritual, pero también es material. Tiene condiciones de vida, emociones y, además, tiene esa relación interpersonal: familia, formación, valores, es espiritual por su relación con Dios y el conocimiento de sí mismo que adolece de estos elementos la sociedad”, observó.
Señaló que cuando una persona no encuentra oportunidades para crecer, producto de una sociedad que no crea espacios para que sus integrantes tengan la manera de cómo ganarse dignamente la vida y la ausencia de los anteriores elementos cae en la debilidad del suicidio o el feminicidio.
“Intervienen todos estos componentes: familiar, formacional, académico, emocional y el que tiene que con la apertura a la trascendencia que debemos ver, tratar y actuar sobre ellos para evitar lo que está ocurriendo actualmente en la sociedad”, indicó.
Propuso al conjunto de las instituciones del Estado y a la ciudadanía en general buscar llenar esos espacios de "vacíos existenciales", orientando las acciones en fortalecer la familia, propiciar mediante intervenciones puntuales con profesionales de la conducta a que las personas se conozcan.
Una sociedad reactiva
Ve como una debilidad los niveles de agresividad, ya por cualquier discusión se actúa violentamente unos contra otros, “podemos bajar eso en un entorno familiar fortalecido, de amor, de comprensión y de solidaridad”.
Ve infructuoso y no alcanzar el éxito, sino se forma en valores, contemos con profesores y con una educación de calidad, “no solo enseñar a sumar, restar, naturales e historia, sino influir en la forma de pensar, actuar y amar de las personas”.
Consideró que si no hay detrás un Estado que guie a su sociedad mediante mecanismos que le permitan el desarrollo integral a las personas, canalizar sus competencias y capacidades, no vale nada hacer esfuerzos “seguiríamos viendo estos comportamientos”.
Manifestó que hay una sociedad muy reactiva a las manifestaciones de violencia que tiene mucho que ver con la forma en que está estructurada la sociedad, poco equilibrada y que no garantiza oportunidades.
Señaló como un caldo de cultivo para estas manifestaciones el hecho de que muchas personas sin hacer mucho de la noche a la mañana obtienen riquezas solo porque han logrado acceder a un puesto estatal, castrando a que los están más abajo de la pirámide social consigan las oportunidades.