MIAMI (EFEUSA).- Escuelas y playas cerradas, evacuaciones, fuerzas militares movilizadas y vuelos cancelados son algunas de las medidas adoptadas por los texanos en las últimas horas ante el temido ciclón Harvey, que se teme llegue hoy con la fuerza destructora de un poderoso huracán.
Harvey siguió hoy fortaleciéndose mientras se aproxima a la costa central de Texas con vientos sostenidos de 110 millas por hora (175 km/h) y está a punto de convertirse en un huracán de categoría mayor, según el Centro Nacional de Huracanes (NHC), que ha advertido de las posibles “catastróficas inundaciones” que puede causar.
Estos avisos afectan a 1,4 millones de personas que residen en la costa sur del Golfo de México en Texas, mientras que otros 12 millones se encuentran bajo aviso de vientos de tormenta tropical, incluyendo las populosas ciudades de San Antonio y Houston.
Para tratar de evitar males mayores, las autoridades locales de esta zona del estado sureño se apresuraron a activar los protocolos de emergencia y cerraron el acceso al totalidad de las playas de la Isla del Padre, la zona costera más turística de Texas.
Además, los gobernantes de la ciudad litoral de Corpus Christi recomendaron en las últimas horas a sus ciudadanos que la evacúen y se desplacen a zonas del interior del estado.
En Corpus Christi, en la zona en la que se espera que el ciclón toque tierra esta noche o en la madrugada del sábado, ya se han reportado vientos de caso 80 kilómetros por hora, mientras que en algunas zonas las aguas han subido entre 30 y 60 centímetros.
La Alcaldía recomendó la evacuación especialmente a quienes viven en las zonas bajas, según apuntó en español la cuenta de Twitter de Corpus Christi, que tiene un 62 % de población hispana.
Con el fin de desalojar estas zonas, las autoridades habilitaron líneas de autobús para las personas que carezcan de vehículo propio para desplazarse hasta San Antonio, unos 225 kilómetros hacia el interior del estado.
Por su parte, el Distrito Escolar Independiente de Houston (HISD), el sistema escolar público más grande de Texas, decidió cancelar la actividad de todas las escuelas y oficinas administrativas “hasta próximo aviso”.
El gobernador sureño, el republicano Greg Abbott, ya declaró el estado de emergencia de manera preventiva en treinta condados situados en la zona sureste de Texas y ordenó al Centro de Operaciones del Estado (SOC) elevar su nivel de preparación.
Asimismo, puso a disposición “todos y cada uno” de los recursos estatales para ayudar en los esfuerzos de preparación, rescate y recuperación por el paso del ciclón.
Abbott exigió además la activación de alrededor de 700 miembros de la Guardia Nacional del Ejército de Texas, la Guardia Nacional Aérea y la Guardia del Estado de Texas, que estarán a la espera de responder a las áreas afectadas en tareas de emergencia y rescate.
Los ayuntamientos y condados de la zona dónde se prevé que Harvey pase recomendaron a sus habitantes que llenen las despensas con comida y agua potable para las próximas 48 horas y repartieron miles de sacos de arena para controlar las inundaciones.
Las autoridades del condado de Hidalgo, a unos 150 kilómetros de la Isla del Padre, repartieron más de 50.000 bolsas de arena para proteger de las aguas las propiedades de sus residentes, según un comunicado publicado hoy.
Precisamente, varias aerolíneas han cancelado ya vuelos a los aeropuertos de Houston, Corpus Christi y Dallas-Fort Worth y han ofrecido a los pasajeros con reservas para este fin de semana reprogramar sus viajes debido a los previsibles efectos de Harvey.
La prensa local comparó Harvey con la tormenta tropical Allison, que arrasó la costa sureste de Texas en junio de 2001, provocando más de veinte muertos y casi siete mil millones de dólares en daños en el estado de la estrella solitaria.