22 familias quedaron a la intemperie por el siniestro.
Algunos duermen en aceras y sillas frente a lo que una vez fue su hogar
En la acera, en sillas, en los pisos de algunos vecinos y hasta en el lugar de los víveres de un pequeño ventorrillo están durmiendo algunos de los sobrevivientes de un incendio ocurrido la madrugada del lunes en Villa Duarte, Santo Domingo Este.
Alrededor de 22 familias vieron como sus pertenencias ardían mientras corrían, aún medios dormidos, para salvar su vida de un incendio, producido posiblemente por un corto circuito. Ahora, solo piden a las autoridades que los ayuden con algo tan elemental como es un poco de comida.
“Ese hombre (un vecino) se levantó como a las siete y nos dio chocolate, azúcar y canela y lo empezamos a hacer ahí; pasó un panadero esta mañana y nos dio par de panes porque estamos graves, con eso estamos aguantando ahora, esperando la otra ayuda que dizque viene por ahí, del Plan Social”, narró a Diario Libre Domingo Molin Nuevo, uno de los dueños de las casas que se quemaron durante el incendio.
Molin Nuevo, junto a varios de sus hermanos, eran los propietarios de las 22 casas, ubicadas en la primera esquina del referido sector, y que se hicieron cenizas el lunes en la madrugada. Contó que la tierra donde estaban las casas era de su padre y se la dejó como herencia.
“Yo vivía de aquí hasta allá (señala lo que era la primera casa del lugar), me levanté para ir al baño, cuando me acuesto, miro para arriba y lo que veo es candela, salí huyendo, le toqué a mi mujer y mi mujer empezó a vocear al patio entero. Si no hubiese sido por mi mujer nos quedamos todos muertos”, dijo.
Molin Nuevo, que anteriormente trabajaba para el Ayuntamiento de Santo Domingo Este, indicó que lo que solicitan, pues es lo que más necesitan, agua y comida.
“Lo que pedimos ahora mismo, como la situación, estamos secos, no tenemos agua, no tenemos comida, ya van por cuatro días, estamos durmiendo como Dios nos ayude, en casa de los vecinos, donde quiera”, señaló.
Entre tanto, Joan Manuel explicó que debido al incendio se está quedando en un taller de ebanistería, mientras que sus cuatro hijos y su esposa, están en casa de una sobrina y duermen en el piso.
Contó que, para poder huir del fuego, escalaron la parte trasera de las viviendas y escalando en cadena empezaron a subir a los niños a un parqueo contiguo, a las mujeres y a los mayores.
Mientras que, Elvira Méndez, otra de las inquilinas, explicó que tenía su casa detrás de una de las pocas paredes que quedaron en pie y que, tras el grito de una vecina, ella, su esposo y dos hijas corrieron tratando de evitar las llamas.
“Ese día eran las 12:00 de la noche, la esposa de él fue que salió en auxilio: ‘corran se está quemando’, y así fue que pudimos salir, volar esa pared con los niños para poder sobrevivir, era demasiada candela, pero quiso Dios que no hubo muertos”, dijo.
Méndez se une al clamor de sus vecinos al solicitar un poyo de ayuda, principalmente para la comida.
“Nosotros lo que queremos es una ayuda, miren en la situación que estamos. Nosotros estamos durmiendo en la calle, en ese contén, en sillas”, indicó.
Ayudas
Este miércoles, el Plan Social de la Presidencia informó que ofreció asistencia a las familias que resultaron afectadas por el incendio.
La asistencia consistió en la entrega de colchonetas, juegos de sábanas y mosquiteros, además de fardos de agua, kits de prevención contra el COVID-19 y raciones alimenticias.
Debido a que la mayoría de las familias que vivían alquilados en el lugar del siniestro se encuentran alojadas en casas de parientes y dos de ellas en un colegio del entorno, la asistencia fue entregada al párroco de la Iglesia Nuestra Señora del Rosario, Jit Manuel Castillo de la Cruz y a Iván Santana, representante de la junta de vecinos Pueblo Nuevo, quienes coordinan las acciones para luego distribuirla a los afectados.
Sin embargo, los éstos explicaron que pasada la una de la tarde de este miércoles, la asistencia del Plan Social aún no había llegado, cuando se habían comprometido a hacerlo, mientras que el martes asistieron, pero pasada las cuatro de la tarde, con algunas raciones de comida.
El lunes, el alcalde Manuel Jiménez visitó el lugar y se comprometió con los lugareños, sin embargo, siguen a la espera.